“...La medicina de hoy en día sólo llegará a ser verdaderamente
científica cuando médicos y pacientes hayan aprendido a
manejar las fuerzas tanto físicas como mentales que actúan
a través de la vis medicatrix naturae
(el poder curativo de la naturaleza)...”
Profesor René Dubos
Universidad Rockefeller de Nueva York.
No es fácil cambiar el pensamiento arraigado, que la actual concepción de
la medicina ha inculcado como un axioma, en la mente de las personas,
que las enfermedades y todas las disfunciones orgánicas,
se resuelven con sustancias, generalmente tóxicas
la medicina ha inculcado como un axioma, en la mente de las personas,
que las enfermedades y todas las disfunciones orgánicas,
se resuelven con sustancias, generalmente tóxicas
y que tienen serios efectos adversos.
Fármacos, suplementos o complementos sintetizados a los que se les confieren o adjudican propiedades para combatir problemas relacionados con la salud. Todas estas sustancias provocan efectos no deseados y generan problemas en el organismo, que unidos a un estilo de vida desnaturalizado favorecen las enfermedades -el cáncer es un grave problema debido a carencias de sustancias esenciales para la vida, junto a la acumulación de residuos tóxicos-, una alimentación no saludable e insuficiente en sustancias esenciales y el desborde de la capacidad del hígado para desintoxicar residuos tóxicos y que podemos corregir adoptando un estilo de vida acorde con nuestra fisiología.
Es difícil cambiar esta mentalidad y llegar a comprender que la actual concepción de las soluciones farmacológicas, en un número importante de casos no resuelven de forma efectiva y radical los problemas de salud y así podemos comprobar como aumenta el número de enfermedades crónicas NO TRANSMISIBLES que la humanidad sobrelleva tapando los síntomas, pero que nunca son resueltas definitivamente y las personas se ven obligadas a mantener los tratamientos de por vida, lo que la medicina acaba por llamar procesos irreversibles, porque los remedios que prescribe son incapaces de resolver los problemas y que además finalmente este tipo de remedio de “ocultar síntomas” suele en muchos casos favorecer la evolución y el desarrollo de “enfermedades severas y graves”.
Muchas personas a las que he aconsejado cambiar su estilo de vida y alimentación, me miran entre incrédulas y asombradas, y me dicen: ¡SOLO ESTO, YA ESTÁ!, -por tradición y por cultura popular la esperanza está en la panacea multicolor- por lo que les resulta difícil de comprender que “su” problema pueda solucionarse con alimentos, porque en su mente está arraigado el concepto que sus problemas de salud han que resolverse con remedios farmacológicos, creados de forma interesada, por la mente del ser humano y su industria, y que generalmente acarrean efectos adversos tóxicos; consecuencia lógica DEL GRAN DESCONOCIMIENTO QUE TENEMOS DEL SECRETO BIOQUIMICO DE LA VIDA, estos remedios que “tapan” síntomas o atacan efectos físicos visibles derivados de una causa desconocida como es la del CÁNCER, carecen de las sustancias esenciales para remediar el problema. Cuando la medicina se declara incapacitada y desbordada por la enfermedad –enfermo terminal ¿?-, los afectados recurren de forma desesperada a la solución ALTERNATIVA buscando otras sustancias y otras tendencias, influenciados y guiados por la idea arraigada y preconcebida que las disfunciones orgánicas hemos de resolverlas con los remedios multicolores citados: Fármacos, sustancias homeopáticas o concentraciones sintetizadas de vitaminas o minerales.
Nuestro organismo tiene la capacidad de autocurarse si le damos las sustancias que necesita para hacerlo, todas ellas, están contenidas en los ALIMENTOS QUE NOS BRINDA LA NATURALEZA Y QUE LOS ENCONTRAMOS EN NUESTRO AMBIENTE NATURAL.
Es inverosímil que el sabio griego HIPOCRATES (460-370 a. C.) tuviese la lucidez de pronunciar y sentenciar: “QUE TU ALIMENTO SEA A LA VEZ TU MEDICINA” y que realmente sea así. Siguiendo esta concepción, hay personas que tomaron la decisión de curar su cáncer con mi TRATAMIENTO DEL CÁNCER MEDIANTE ALIMENTACIÓN (que es gratuito) y asombrosamente lo han conseguido.
Tengo que reconocer que son pocas las personas afectadas que han renunciado a otras terapias: La CONVENCIONAL, cuyos efectos adversos insidiosos, que suponen sustancias extrañas no selectivas, carentes de sustancias esenciales para la vida, son además agresivas y tóxicas, y que por su riesgo letal deben ser controladas con el máximo rigor, regulando las dosis:
“…Según Paracelso, el famoso médico suizo, “nada es inocuo, todo es veneno; sólo la dosis hace la diferencia”. Paracelso definió el veneno como “cualquier sustancia que resulte tóxica a dosis muy bajas…”.
O sustancias complementarias –carentes de las esenciales para nuestra forma de vida- de las medicinas llamadas ALTERNATIVAS, que al ser manipuladas pierden gran parte del “soplo vital”, “toque” esencial que solo “sabe” dar la NATURALEZA NATURALMENTE RELACIONADA CON LAS RADIACIONES COSMICAS.
Esas radiaciones cósmicas que recibimos, transformada por el “laboratorio de la naturaleza” en energía química de primer orden, que está contenida en los bioelementos esenciales para la vida, estos elementos biogenésicos a los que alude el libro del Génesis: “el ser humano formado del barro de la tierra” y que ha confirmado la ciencia, detectados en la materia viviente o protoplasma, son idóneos para desarrollar y mantener las menisfestaciones vitales, son los que crean y mantienen el medio natural de la vida, que no debe ser violado por sustancias extrañas, agresivas y tóxicas, que son realmente “moléculas terroristas” portadoras de “armas químicas” letales para nuestra forma de vida.
Francisco Martín Acris
Investigador Naturista
Diplomado
Crecimiento Celular y Cáncer
Nutrición y Dietética I y II
fmacris1929@gmail.com
Foro Eurosaude, desarrollo de los hábitos personales
año 2009
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